“Gracias a Lawyou, tenemos la posibilidad de captar más mercado”.
- ¿Podrías ofrecer un análisis, siguiendo tu trayectoria, de cómo ha cambiado la profesión de abogado en estos últimos veinte años?
La abogacía ha cambiado mucho en estos últimos veinte años por el influjo de las nuevas tecnologías; hay muchas situaciones que las redes han cambiado, como la forma de relacionarnos con el cliente. Sin embargo, el fondo de los asuntos no ha cambiado tanto. Ahora tenemos que responder más rápido, esto podríamos decir que toca el aspecto formal, pero el problema de fondo también es más complejo, por el cada vez mayor auge en los diferentes ámbitos de los ordenamientos jurídicos (Derecho comunitario, Derecho autonómico, local, etc.). Gran parte de la normativa ahora que tenemos que analizar pertenece al Derecho internacional. Podemos decir que la tecnología simplifica el aspecto formal –no solo en cuanto a los clientes, sino en lo que afecta al ámbito procesal-, pero el análisis jurídico es más complejo, se ha complicado.
- ¿Cómo definirías la especialidad del Derecho Ambiental?
Quienes estudiamos con el denominado Plan Antiguo de 1954 nos encontramos con una rama del Derecho que no tenía identidad propia, porque bebía de una suma de elementos ya existentes en el ordenamiento (Administrativo, Civil, etc.), pero esto no quiere decir que no exista. Hoy sí tiene sustantividad propia, aunque los niveles de cumplimiento son incipientes todavía. En el Derecho Ambiental nos encontramos con la Responsabilidad Civil, el Derecho del mar, la conexión de las actividades industriales y su relación con el medio ambiente, etc. Los juristas más maduros han estudiado esta materia a través de otras disciplinas y en realidad lo que falta es el compromiso político para su cumplimiento.
Intervine en el procedimiento del Prestige en la parte que afectó a los pescadores de Guipúzcoa. Para mí es un caso paradigmático, de protección del medio ambiente y de relación con los afectados. El procedimiento de instrucción duró diez años y se alcanzó un acuerdo extrajudicial. Este caso muestra que el Derecho Ambiental no da demasiado de sí, si tenemos en cuenta que el Prestige ha sido el más importante y grave relacionado con el medio ambiente y la respuesta jurídica ambiental ha sido muy pobre en lo que se refiere, por ejemplo, a la implantación de medidas posteriores para evitar daños al dominio público. Independientemente del resultado en el asesoramiento jurídico –se obtuvo un acuerdo económico-, los resortes del Derecho no se mostraron suficientes, el pleito en sí no ha servido, ya que luego no se han abordado medidas protectoras o de inversión para el medio ambiente. El hecho de que la instrucción se alargara diez años es una barbaridad. El procedimiento no se adapta a la realidad de los hechos.
- ¿Cómo abordas técnicamente la relación con los clientes?
En general, los clientes necesitan primero un asesoramiento en Derecho Administrativo en cuanto a los aspectos regulatorios. En un primer momento, hacemos un planteamiento de acercamiento de cómo se puede resolver. Posteriormente entramos en una fase más propiamente que afecta al procedimiento administrativo, que puede desembocar en la vía contenciosa o incluso en la vía penal.
- ¿Qué destacarías de Lawyou?
El Despacho ha nacido en un primer momento con una idea para resolver los problemas, también denominados dolores, habituales de los abogados independientes. Pero sin duda tiene un potencial mucho mayor, como es el de compartir conocimientos, formación o servicios comunes. Este tipo de aspectos que afectan a la organización de un despacho pueden parecer obvias, pero si están bien organizadas al final reporta un valor añadido y genera una comunidad de conocimiento. A ello hay que añadir la posibilidad de captar más mercado, ya que podemos llegar a clientes a los que ahora no lo hacemos. Podremos así, tanto retener clientes como conocimiento.
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